Es importante resaltar, en primer lugar, que ambos términos son diferentes y tratados desde diferentes puntos de vista a pesar de que pueden presentar algunas características semejantes.
La tristeza es un sentimiento negativo o desagradable, hace parte de las emociones básicas causado por sucesos no placenteros que ocasionan melancolía y/o sufrimiento. No obstante, los especialistas indican que la tristeza es el proceso psicológico que permite superar los fracasos, pérdidas, desilusiones. Luego de superarla, el individuo adapta su vida en el nuevo cambio que sufrió su vida debido a un acontecimiento doloroso, por lo que empieza aceptar la realidad que causa dolor y daño.
Tristeza es un estado anímico que ocurre por un acontecimiento desfavorable que suele manifestarse con signos exteriores como el llanto, pesimismo, melancolía, falta de ánimo, baja autoestima, en otros estados de insatisfacción.
Existen diferentes motivos que desencadenan sentimientos de tristeza como una desilusión amorosa, pérdida de un empleo, muerte de un amigo, familiar, o mascota, enfermedad, nostalgia, insatisfacción personal, y otras situaciones que sean consideradas de modo negativo por el individuo.
Algunos síntomas que caracterizan una persona triste:
- Sensación de malestar
- fatiga y bajo nivel de energía que suele aparecer junto a una percepción de vacío a nivel pectoral o intestinal.
- Un descenso de la autoestima y una tendencia al aislamiento y a la introspección.
- Es habitual que exista cierto enlentecimiento motor y un tono muscular menor de lo habitual.
- También suele ir de la mano de rumiaciones entorno a lo que ha podido generar su aparición, además de una disminución de la capacidad de atención hacia el resto del medio.
La tristeza es una emoción altamente aversiva: a la mayoría de las personas no les gusta estar triste, ya que por lo general implica malestar y sufrimiento psíquico y/o físico. Ahora bien, también existen personas que llegan a experimentar una tendencia o búsqueda de estados de tristeza, ante la falta de deseo o miedo de cambiar las situaciones que la generan o bien ante la existencia de beneficios secundarios.
LA DEPRESIÓN
Según la OMS en el año 2021, La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.
Es un trastorno mental que tiene un efecto abrumador en muchos componentes de la vida de una persona. Puede ocurrir en personas de cualquier género o edad, y altera comportamientos y actitudes.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la depresión?
- Entre los síntomas frecuentes de la depresión se incluyen los siguientes:
- Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”;
- Sentimientos de desesperanza o pesimismo;
- Sentimientos de irritabilidad, frustración o intranquilidad;
- Sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia;
- Pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos;
- Fatiga, disminución de energía o sensación de que está más lento;
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones;
- Dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado;
- Cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado;
- Dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento;
- Intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio.
¿Es igual la depresión en todas las personas?
La depresión puede afectar a las personas de diferentes maneras, según su edad.
Los niños con depresión pueden mostrarse ansiosos, malhumorados, fingir estar enfermos, negarse a ir a la escuela, aferrarse a sus padres o preocuparse de que uno de ellos fallezca.
Los niños más grandes y los adolescentes con depresión pueden tener problemas en la escuela o una baja autoestima o pueden estar callados, frustrarse fácilmente o sentirse intranquilos. También pueden tener síntomas de otros trastornos, como ansiedad y trastornos de la alimentación, déficit de atención con hiperactividad, o consumo de drogas. Los niños más grandes y adolescentes tienen una mayor probabilidad de sufrir de somnolencia excesiva (llamada hipersomnia) y un mayor apetito (llamado hiperfagia). En la adolescencia, las niñas comienzan a tener depresión con mayor frecuencia que los
niños. Es posible que esto se deba a factores biológicos, hormonales y de ciclo vital que son únicos en las mujeres.
Los adultos jóvenes con depresión tienen una mayor probabilidad de estar irritables, quejarse de haber aumentado de peso y tener hipersomnia, así como tener una perspectiva negativa sobre la vida y el futuro. A menudo, estas personas tienen otros trastornos, como ansiedad generalizada, fobia social, trastorno de pánico y consumo de drogas.
Los adultos de mediana edad con depresión sufren más episodios depresivos, su libido se reduce, tienen insomnio a mitad de la noche o se despiertan en la madrugada. Es posible que también mencionen con mayor frecuencia que tienen síntomas gastrointestinales, como diarrea o estreñimiento.
A menudo, los adultos mayores con depresión sufren de tristeza o aflicción, o pueden tener síntomas menos evidentes. Pueden informar que sienten una carencia de emociones, en lugar de un estado de ánimo depresivo. Además, las personas mayores tienen una mayor probabilidad de presentar otras afecciones de salud o dolores que pueden causar o contribuir a la depresión. En casos graves, pueden ser notables los problemas de memoria y razonamiento.
¿Cómo se trata la depresión?
Por lo general, el tratamiento de la depresión incluye medicamentos, psicoterapia o ambos. En casos más leves de depresión, el tratamiento puede empezar solo con psicoterapia y se añaden medicamentos si la persona continúa teniendo síntomas. En el caso de una depresión moderada o grave, muchos profesionales de salud mental recomiendan una combinación de medicamentos y terapia al principio del tratamiento.
La selección del plan de tratamiento adecuado debe basarse en las necesidades y en la situación de salud de la persona, puede ser necesario intentar diferentes cosas para poder encontrar el tratamiento que mejor funcione para usted.
Psicoterapia
La psicoterapia (también llamada “terapia de diálogo” o “consejería”) enseña a las personas con depresión nuevas formas de pensar y comportarse, y también ayuda a cambiar hábitos que contribuyen a la depresión.
¿Cómo me puedo cuidar a mí mismo?
Una vez que inicie el tratamiento, deberá a empezar a sentirse mejor poco a poco. No se presione mucho durante este tiempo. Trate de hacer las cosas que solía disfrutar. Aun si no se siente con ganas de hacerlas, pueden mejorar su estado de ánimo. Otras cosas que pueden ayudarle son:
Trate de hacer alguna actividad física. Tan solo 30 minutos de caminatas al día pueden mejorar su estado de ánimo.
- Trate de mantener una hora regular para acostarse y levantarse.
- Consuma alimentos saludables con regularidad.
- Haga lo que pueda y cómo pueda. Decida qué es lo que debe hacer y qué puede posponer.
- Trate de interactuar con otras personas y hablar con quienes confía sobre cómo se siente.
- Posponer decisiones importantes de la vida hasta que se sienta mejor.
- Evite el consumo de alcohol, nicotina o drogas, lo que incluye medicamentos que no le han recetado.
¿Cómo puedo ayudar a un ser querido que está deprimido?
Si conoce a alguien con depresión, ayúdelo a que vea a un proveedor de atención médica o un profesional de salud mental. Usted también puede:
- Ofrecerle apoyo, comprensión y ánimo, y tenerle paciencia.
- Invitarlo a salir a caminar, pasear o participar en otras actividades.
- Ayudarlo a seguir el plan de tratamiento, como programar recordatorios para que se tome los medicamentos que le recetaron.
- Asegurarse de que tenga un medio de transporte para ir a sus citas de psicoterapia.
- Recordarle que la depresión desaparecerá con el tiempo y el tratamiento.
En Yerbabuena SAT estamos comprometidos en la prevención y generamos espacios para abordar este tema. Ver video del Live
Fuentes y/o referencias:
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https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depresion-sp
Elaboró: JUANITA COTRINO R.
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