La constelación familiar es una técnica terapéutica creada por Bert Hellinger, la cual ha demostrado ser una herramienta poderosa para resolver conflictos en las dinámicas familiares. Mario, uno de nuestros participantes, es un claro ejemplo de cómo esta práctica puede generar cambios en la vida personal, dado que a pesar de no tener conocimiento del tema y no saber que era una constelación o que quería constelar, fue una experiencia gratificante y renovadora en este retiro. Nos contó que tenía muchas dudas. Observaba a sus compañeros de retiro que ya se habían constelado y no podía evitar cuestionarse si todo lo que estaba ocurriendo era real. Además, sentía cierto temor al constelarse frente a otros, pues no es fácil ser vulnerable. Sin embargo, algo dentro de él le decía: “¡Hazlo!”. Le repetía: “Prueba, lo peor que puede pasar es que no te guste y no vuelvas nunca más.” Cuando llegó su turno, la consteladora le preguntó qué quería constelar, a lo que Mario respondió que no estaba seguro. Entonces, la consteladora le explico “Podemos constelar lo que sea un problema, algo que te tenga triste, algo que no te deja dormir tranquilo, alguna relación que quieras sanar, incluso dolores físicos podemos constatar”. En ese momento, a Mario le vino a la mente el dolor en el hombro izquierdo que tanto lo había molestado durante los últimos años. Para Mario fue muy revelador cuando la consteladora explicó que, en constelación familiar, el hombro izquierdo suele asociarse con la figura materna y los temas de dar y recibir. A través de la constelación, se logró descubrir el origen del dolor de Mario había asumido cargas emocionales que no le correspondían. Aunque Mario prefiere que su historia familiar sea conocida por él y sus compañeros consteladores del retiro, desea que las personas sepan que vale la pena darse la oportunidad de sanar. Quiere que comprendan que para sanar, es necesario ser vulnerable, en lo que para él, esta experiencia fue liberadora en sus propias palabras, “una experiencia mágica que quisiera repetir en el futuro”. Tiempo después, le preguntamos a Mario si había notado cambios desde su participación en nuestro retiro de constelación familiar. Mario nos contó que ese día sintió que se había liberado de una carga, como si se hubiera quitado un costal de encima, y que, desde entonces, su dolor de hombro había desaparecido. |
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