A veces, la vida puede parecer un laberinto sin salida, especialmente para adolescentes y adultos jóvenes. La presión de tomar decisiones importantes, cumplir expectativas y definir el rumbo puede resultar abrumadora. Si en algún momento te has sentido perdido, confundido o sin dirección… no estás solo.
Según la OMS, uno de cada siete adolescentes sufre algún tipo de trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. Además, el 27% de los jóvenes entre 19 y 29 años reportan sentirse bastante o muy solos, según la encuesta global de Meta-Gallup, y el 44% de los estudiantes de secundaria dicen haberse sentido constantemente tristes o sin esperanza durante su último año escolar.
¿Por qué ocurre esto?
La adolescencia y la adultez joven son etapas de grandes cambios físicos, emocionales y sociales, en las que se incrementa la incertidumbre en diversos ámbitos: relaciones amorosas, estabilidad, orientación profesional, finanzas, entre otros. Pero principalmente es una etapa que causa preguntas profundas como: ¿quién soy? ¿para dónde voy? ¿cuál es mi camino?
El mundo moderno añade factores que intensifican la sensación de vacío. El uso constante de redes sociales y la conectividad permanente fomentan la comparación con vidas idealizadas, lo que genera soledad y aislamiento. Esta sobreexposición reduce el tiempo dedicado a relaciones reales, hobbies e intelecto, dando lugar a una búsqueda de placer inmediato, baja tolerancia a la frustración, miedo al error y al fracaso.
Estas circunstancias pueden manifestarse en desmotivación, baja autoestima, dificultad para tomar decisiones, ansiedad, pensamientos negativos recurrentes, por nombrar algunos. Especialmente, si no se ha aprendido a gestionar adecuadamente las emociones y se tiene baja conciencia de sí.
Por tanto…
Sentirse perdido es parte natural del crecimiento. No significa que estás fallando, que eres débil o inmaduro; solo es un paso fundamental para encontrar tu camino.
Aunque puede ser una experiencia solitaria y abrumadora… no tienes que enfrentarla solo.
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Recuerda: sentirse perdido no es una debilidad, puede ser el inicio de un proceso de autodescubrimiento. En Yerbabuena SAT estamos aquí para acompañarte en ese camino.
✨ Perderse no es el final. A veces, es el verdadero comienzo.
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